El perfil del Quality Engineer en 2024.
En 2024, ya no alcanza con encerrarse a codear. Lo que realmente hace la diferencia es la capacidad de comunicarte, colaborar con el equipo y aportar valor.
Este artículo nació de grabaciones de pensamientos que le contaba a mi perro mientras paseábamos por la calle. Transcriptos y unificados por Jarvis (OpenAI/o1-mini).
La calidad en el desarrollo de software ha sido, históricamente, una disciplina subestimada. En muchos casos, las empresas han optado por la solución más económica: contratar personas sin formación técnica para realizar pruebas manuales, asumiendo que esta sería una forma eficiente de asegurar la calidad del producto. Sin embargo, este enfoque se ha vuelto completamente inviable en la actualidad.
Los sistemas son cada vez más complejos, el desarrollo de software más rápido, y las demandas del mercado más exigentes. Esto ha hecho que el perfil de los equipos de QA evolucione drásticamente. Hoy en día, el rol del Quality Engineer es mucho más técnico y crítico para el éxito de cualquier proyecto. Y lo más importante: invertir en estos perfiles técnicos desde el principio no solo ahorra costos, sino que asegura la sostenibilidad del producto a largo plazo.
El viejo paradigma: QA como testers manuales
En muchas empresas, particularmente en las consultoras, el equipo de QA ha sido visto como un equipo auxiliar, compuesto por personas jóvenes o con poca experiencia en sistemas, encargadas de realizar pruebas manuales. Este tipo de trabajo, que solía ser repetitivo y poco especializado, consistía en simular el comportamiento de un usuario final para verificar que las funcionalidades recién desarrolladas funcionaban como se esperaba.
En algunos casos, parecía haber una tendencia a contratar perfiles que no venían del ámbito de sistemas, posiblemente con la intención de optimizar costos. Este enfoque, si bien tenía sentido desde una perspectiva económica en el corto plazo, generaba desafíos en términos de la calidad y profundidad técnica que el rol realmente requiere. A largo plazo, quedó claro que no se trataba simplemente de un ahorro, sino de una inversión insuficiente en la estructura de calidad.
El nuevo paradigma: Quality Engineers
El verdadero cambio ocurre cuando dejamos de ver al QA como un tester manual y lo entendemos como un perfil técnico clave en el desarrollo. Aquí es donde entra el Quality Engineer. A diferencia del tester tradicional, el Quality Engineer no solo ejecuta pruebas manuales, sino que tiene la capacidad de automatizar todo el proceso.
Un Quality Engineer entiende la arquitectura del sistema, cómo funcionan los servicios y las aplicaciones modernas. Esto le permite crear pruebas automatizadas que simulan el comportamiento del usuario final, pero lo hacen de manera mucho más rápida y precisa. Además, la automatización elimina el riesgo de error humano y permite la ejecución continua de pruebas en distintos escenarios, algo que sería imposible de lograr con un equipo de testers manuales.
Sin embargo, en 2024, ya no es suficiente que un Quality Engineer (o incluso un desarrollador) solo tenga conocimientos técnicos profundos. Hoy en día, la capacidad de comunicación es igual de importante. No tiene sentido tener a alguien que pueda picar código durante horas si no es capaz de comunicarse efectivamente con otros equipos. Para eso, podríamos usar un servicio de inteligencia artificial que realice tareas repetitivas y automáticas. Las empresas necesitan profesionales que puedan interactuar y colaborar activamente con desarrolladores, arquitectos y product owners, asegurándose de que el producto final cumpla con los estándares de calidad esperados.
Ya no sirve tener a alguien encerrado, trabajando en una isla, sin capacidad para compartir conocimientos y aportar valor a todo el equipo. La habilidad de comunicación, de explicar problemas técnicos a personas no técnicas, y de trabajar en un entorno multidisciplinario es crucial para el éxito. Un Quality Engineer debe ser capaz de desafiar las decisiones de producto cuando es necesario y de dialogar de forma constructiva con todos los actores del ciclo de desarrollo. En definitiva, en 2024, ser solo un buen programador ya no es suficiente.
Automatización y CI/CD: el futuro del QA
El siguiente paso lógico es integrar esta automatización en el ciclo de vida del desarrollo de software a través de pipelines de CI/CD (Continuous Integration/Continuous Deployment). En un flujo de trabajo ideal, cada vez que un desarrollador abre un pull request, se ejecutan automáticamente las pruebas necesarias para validar que la nueva funcionalidad no rompa el sistema existente.
Este proceso es crucial para evitar retrasos en el desarrollo y garantizar que el equipo de QA no solo trabaje al final del ciclo de desarrollo, sino que esté involucrado desde el inicio. Los Quality Engineers colaboran con los desarrolladores y arquitectos para asegurarse de que cada cambio en el código se valide de manera automática y rápida, manteniendo así la eficiencia y la calidad del producto.
Con la llegada de herramientas de inteligencia artificial y la evolución de las plataformas de automatización, este proceso es cada vez más accesible. Ya no es necesario que un Quality Engineer tenga un dominio absoluto de lenguajes de programación específicos; lo que se valora más es su capacidad de comprender los sistemas en su totalidad y de adaptarse a nuevas tecnologías.
El balance entre costo y necesidad de QA en las empresas
No se puede negar que tener un equipo de QA dedicado puede ser costoso, y es comprensible que en startups o empresas emergentes, los desarrolladores asuman también las tareas de QA. Esto no es una crítica a ese enfoque, ya que en etapas iniciales, las startups suelen tener recursos limitados y necesitan que cada miembro del equipo juegue múltiples roles. En estos casos, es una estrategia lógica que los desarrolladores también se ocupen de las pruebas, siempre y cuando se implementen procesos básicos de automatización para asegurar la calidad mínima del producto.
Sin embargo, cuando hablamos de empresas grandes o de sectores críticos, como las fintechs, no se puede seguir adoptando este enfoque. Estas empresas manejan productos de alta complejidad y con un impacto significativo en los usuarios. Es en estos contextos donde el rol de los Quality Engineers se vuelve indispensable. Es importante destacar que contratar personal para QA no debe verse como un simple complemento, sino como una inversión estratégica.
Contratar personas sin la formación técnica adecuada para realizar pruebas manuales es una práctica que, aunque pueda parecer económica al principio, puede ser perjudicial a largo plazo. No se trata de que cualquier persona pueda ejecutar una prueba. Un Quality Engineer tiene que tener el conocimiento y la preparación técnica necesaria para automatizar, entender arquitecturas complejas y colaborar de manera efectiva con desarrolladores y otros equipos técnicos. A la hora de contratar, el proceso de selección de un Quality Engineer debe tener la misma rigurosidad que el de un desarrollador.
Habilidades clave de un Quality Engineer
El perfil de un Quality Engineer moderno va mucho más allá de las habilidades técnicas. En 2024, lo que marca la diferencia es la capacidad de comunicación. Ya no sirve de nada tener un experto en automatización si no puede comunicarse eficazmente con desarrolladores, arquitectos y product owners. Tener un perfil puramente técnico que solo se enfoque en picar código durante horas ha quedado obsoleto. Para tareas repetitivas y sin interacción, ya existen soluciones basadas en inteligencia artificial que pueden reemplazar ese trabajo.
El Quality Engineer debe ser capaz de colaborar con diversos equipos, comprender el producto en su totalidad y asegurarse de que todas las partes interesadas estén alineadas con respecto a los riesgos y soluciones. A menudo, el Quality Engineer es quien mejor conoce el funcionamiento global del producto, ya que está involucrado en cada etapa del proceso de validación.
Conclusión: el rol estratégico del Quality Engineer
El futuro del QA no se trata solo de realizar pruebas, sino de asegurar la calidad como un proceso continuo e integrado en el ciclo de desarrollo. Un equipo de Quality Engineers bien capacitado es clave para garantizar que el software se entregue de manera rápida y confiable, minimizando el riesgo de errores en producción.
Invertir en Quality Engineers no es un lujo, es una necesidad. Las empresas que no adopten este enfoque están condenadas a enfrentar problemas de escalabilidad, calidad y tiempos de entrega insostenibles. El mundo del desarrollo de software es demasiado rápido y competitivo como para quedarse con métodos tradicionales. La automatización, la colaboración y el conocimiento técnico profundo de los sistemas son los pilares de un equipo de QA preparado para los desafíos actuales y futuros. En 2024, no es suficiente ser un experto en tecnología: la comunicación es lo que hace la diferencia.